| > _la industrialización del olvido 
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 "Si hasta no hace 
      mucho estar presente era estar 
      cerca, físicamente cerca del otro, en un cara a cara, 
      un frente a frente en donde el diálogo era posible por el alcance de la 
      voz o de la mirada, la llegada de una proximidad 
      mediática fundada en las propiedades del dominio de 
      las ondas electromagnéticas parasita el valor del acercamiento inmediato 
      de los interlocutores, y esta súbita pérdida de distancia se refleja en 
      "el ser ahí", aquí y ahora. Si desde este momento se puede no sólo obrar 
      sino "teleobrar" -ver, escuchar, hablar, tocar o incluso sentir a 
      distancia-, surge la posibilidad inaudita de un brusco desdoblamiento de 
      la personalidad del sujeto que ya no podría dejar intacta durante mucho 
      tiempo "la imagen del cuerpo", dicho de otra manera la PROPIOCEPCIÓN del 
      individuo... Tarde o temprano, esta íntima percepción de la masa ponderal 
      perderá toda evidencia concreta, liquidando al mismo tiempo la clásica 
      distinción entre el "adentro" y el "afuera", ya que el hipercentro del 
      tiempo real (o, si se prefiere, 
      del presente viviente) del cuerpo propio -EXOCENTRAMIENTO-, con lo que la 
      noción esencial de ser y obrar, aquí y ahora, perderá todo 
      sentido." Paul 
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