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Día de brujas

Por Cindy Gabriela Flores

Antiguamente, las brujas eran las mujeres más inteligentes que
se oponían al sistema controlando su natalidad o disfrutando
del sexo, es decir, al tomar posesión de su cuerpo, al no admitir
su papel de sumisión ante el hombre. Hoy, las feministas
luchan porque estos derechos sean respetados y ejercidos.

Y, después de siglos de lucha, todavía la Iglesia, sobre todo la
católica, sigue pronunciándose en contra. Por fortuna, la
oposición con resultados homicidas, no continúa más. aunque
encontramos todavía al Papa en contra del control natal o un
experto en moralidad cristiana como Pat Robertson diciendo
que:

"[La] agenda feminista no es sobre derechos para la mujer. Es
sobre una complot socialista, anti-familia, un movimiento
político que alienta a la mujeres a abandonar a sus maridos,
matar a sus hijos, y practicar brujería(wicca), destruir el
capitalismo y trasformarse en lesbianas." (The Washington
Post, agosto 23, 1993).

Para los psicólogos sociales —según Carole Fontaine,
profesora de la materia Viejo testamento en la Escuela
Teológica Andover Newton—, la bruja representa el lado oscuro
de la presencia femenina, es decir, la mujer fuera de todo
control.

Como la primera bruja de la que se tiene noción, podríamos
ubicar a Lilith, figura en torno a la cual hay mil mito más, como
el no haber aceptado someterse a Adán y por ello ser borrada
de la historia por Eva, aunque sobre Lilith, podríamos hacer no
sólo uno, sino varios artículos, pues está relacionada con
muchos aspectos femeninos que nos ocupan.

De cualquier modo, escribo hoy sobre las brujas, con motivo de
que, en Europa hace más de tres siglos, inició una tradición
pagana y de liberación sexual, que devino en un Festival de la
Fertilidad, después llamado May Day, retomado en Alemania
por los ravers (jóvenes que se reúnen en raves o fiestas con
música trance, electrónica, techno, etc.) para festejar la noche
del 30 de abril la Quema de las Brujas.

Es importante notar que, desde el rey de Hammurabi en 1500
a.C., pasando por Carlomagno en 787 a.C., y la Iglesia Católica,
estaban en contra de la cacería de brujas y consideraba que las
brujas, simplemente no existían.

Sin embargo, la persecución de "brujas" comenzó luego de un
buen rato de represión religiosa sexual y misoginia (elementos
distintivos de las sociedades patriarcales-protestantes y
católicas) cuando el monje dominicano John Nider, realizó uno
de los primeros en  tratados teológicos sobre los males de la
brujería.

El Papa Inocencio VIII presionó el botón de arranque con su
Bula de 1484, en la que decía que algun@s no evitaban la
relación con ángeles malos en su Bula Bruja. Claro, pese a que
se refería a personas de ambos sexos, el ataque se dio contra
mujeres jóvenes y adultas (muchos se preguntan qué tanto el
celibato tuvo influencia aquí) entre 1450 y 1795.

Tres años más tarde, Henry Institoris y Jacob Spreger
escribieron el manual de la Inquisición, llamado Malleus
Maleficarum (El Martillo de las Brujas).

Y, ¡pobres de las "brujas"! (generalmente mujeres atractivas o
inteligentes y que comenzaron por ser las más pobres hasta
llegar a las clases pudientes). Si confesaban rápido -bajo
tortura, desde luego- podría no ser real su testimonio, no era
válido, podía tratarse de intentos por complacer a los verdugos,
y si se soportaba la tortura demasiado, seguramente alguna
fuerza maligna les ayudaba a que así fuera.

No había coartada o verdad que funcionara, pues ante las
declaraciones de los esposos de las condenadas de haber
tenido a su mujer dormida entre los brazos la noche en que se
suponía ella había participado en un aquelarre con el diablo, la
respuesta era que los poderes de Satán eran mayores que
nada y alguna bruja había llegado hasta su lecho para que ellos
no sospecharan nada.

Esta cacería propició la proliferación del fraude, pues la
investigación –incluyendo las dietas de los detectives privados,
el vino de los centinelas, banquetes de los jueces, viajes de
mensajeros a otras ciudades para encontrar a torturadores
experimentados) , juicio, ejecución, gratificaciones para todos
los miembros del tribunal que quemaba a una bruja, eran
costeados por la familia de la condenadas. Y, por si fuera poco,
las pertenencias de la sacrílega se dividían entre Iglesia y
Estado. Negocio redondo.

En Gran Bretaña, en el siglo XVII, hubo algún punzador
(buscador de brujas, quienes aprovechaban cualquier cicatriz,
quemadura o irregularidad de la piel para inculpar a una mujer)
que confesó haber matado a más de doscientas veinte mujeres
en Inglaterra y Escocia a cambio de veinte chelines por cada
una).

Se estima que en este funesto periodo murió alrededor de
medio millón de personas ahorcadas y quemadas acusadas de
brujería.

Un aspecto sorprendente de la cacería de brujas, es que entre
los perseguidores y exterminadores de "la maldad",
encontramos a hombres como  Jean Bodin, consejero y
consultante del Rey de Francia, quien no era impulsor del
cristianismo, sino promotor del Mercantilismo, teórico
económico antecesor de Adam Smith y autor de The Six Bookes
of a Commonwealth (Seis Libros de la Comunidad), 1576,
sobre inflación y política económica; pero que después de
haber publicado Demonomanie (Demonomanía) en 1580,
publicó uno de los primeros tratados políticos en pro de la
tolerancia religiosa, Colloquium Heptaplomeres, en 1588.

Al final, lo que nos queda claro es que el patriarcado no soporta
la idea de que las mujeres tengamos independencia mental ni
física, y que esta historia no es nueva, comenzó desde que la
historia comenzó a escribirse y seguimos luchando para
escribir nosotras también en este libro de la humanidad.

Por fortuna, hemos avanzado muchísimo en lo que a género se
refiere, pero el poder y los puestos de toma de decisión, desde
donde la educación , la cultura y la justicia se gobiernan, siguen
en manos masculinas mayormente. No se trata sólo de acceder
al poder y crear masa crítica para actuar en favor de "la otra"
mitad, además de ésto, tenemos que trabajar en lo personal,
conocernos desde lo cotidiano, desde lo íntimo, desde nuestra
esencia personal.

Con esta intención estamos aquí. Un abrazo a todas.

Cindy Gabriela Flores
Moderadora de Ciberfeminista
http://groups.yahoo.com/group/ciberfeminista
Coordinadora Editorial
El Sitio.com
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