Silvestre Byrón on Sat, 24 Apr 2004 18:44:21 +0200 (CEST) |
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[nettime-lat] EAF - PRECISIONES II |
EAF III Años Doce Ediciones El MRO contemporáneo PRECISIONES II Por MRO-Contemporáneo se reconoce al sistema representacional que configura a la imagen opcional underground asociado a un cuerpo teórico, a una tesis. Implica su inscripción en un proceso de racionalización superando al empirismo intuitivo del MRO-Histórico. Dos etapas de desarrollo califican al MRO. La “histórica” y la “contemporánea”. Lo actuado en la primera etapa, «periodísticamente», se ajusta a enunciados generales o a propósitos normativos. Lo inespecífico y lo coyuntural. Es la modalidad «ingenua» de las ideas iguales y confusas. En la segunda etapa, «filosóficamente», se busca determinar el objeto de estudio describiéndolo y relacionando categorías. Lo específico y lo estructural. Es la modalidad «informada» de las ideas claras y distintas. Este doc apunta a singularizar esta última etapa de desarrollo. Su idea.- OPCIONALIDAD Las primeras noticias sobre el principio de la opcionalidad fueron aportadas por Renzo Casali en 1970-71. Buscando un teatro no-dependiente, afirmando la autonomía del arte, en el Centro Dramático Buenos Aires se arribó a la idea de un teatro «opcional». Aquello actualizaba un principio de desinstitucionalización de lo teatral en torno al Vieux Colombier. Teatro-escuela, en 1913 el Vieux Colombier fue creado por Jacques Copeau en París. Actor y director, autor y teórico, Copeau fue, junto a Gordon Graig y Stanislavski, uno de los fundamentadores del “teatro de directores”. A su juicio, la experiencia teatral, bien puede ser algo libre de pautas empresarias y burocráticas, pero también de estéticas preceptivas. De ideas hechas, en suma. Esta libertad de elección subrayada por el Vieux Colombier sería el fundamento de lo underground y el off-off: Su elemento de orden: la opción; la facultad de elegir sistemas representacionales y vías de conocimiento. Ese es el nombre del juego. Incondicionalidad. En 1995, buscando definir la opción underground, en Imagen/Centro de Teoría se refrendó el principio del Vieux Colombier. Lo opcional como fundamento de una manera de hacer películas, de pensar al cine. Hay, después de todo, un teatro opcional como hay un cine opcional. Siendo la opcionalidad un complejo disponible de sistemas representacionales y de modos de concebir imágenes. Necesariamente hubo que traducir esos temperamentos a términos racionales. Ordenar las experiencias pasadas y ceñirlas a una teoría. El primer logro fue resolver el problema de la disponibilidad de los sistemas de representación del underground. Estilos, temáticas; intenciones diversificadas por un cine sin géneros, ni líneas argumentales. La opcionalidad crea un mundo propio en cada película. Uno o varios sistemas representacionales en cada producción. Regímenes encontrados entre sí. Por ese entonces estaba en vigencia la teoría de los Modos de Representación de Noël Burch y sus conceptos sobre el cine experimental norteamericano. Trasegando su teoría fue posible dar con la clave de un nuevo sistema representacional. El Modo de Representación Opcional, MRO. A diferencia de los anteriores, éste se presentaba como un ordenamiento abierto. Mucho más receptivo, la opcionalidad misma lo mantenía abierto, cambiante. La sigla MRO se hizo pública durante la muestra Imagen en Trance, función del 6 de junio de 1996. La tesis, en cambio, se dio a conocer durante las Primeras Jornadas sobre Historia, Teoría y Estética Cinematográficas en el Rojas, el día lunes 10 de noviembre de 1997. Al año siguiente fue incluida en uno de los Libros del Rojas, “De(s)velando imágenes”, compilación de María Valdéz y Ricardo Manetti, editado por EUDEBA. TEORÍA PURA En Imagen/Centro de Teoría también se pensó en la formulación teórica de la sigla MRO. Ya no se trataba de abundar en crónicas ni en opiniones más o menos críticas. El proceso de racionalización demandaba un saber científicamente ordenado. La tesis del MRO debía ser “pura” en el sentido kelseniano del término. Esto es, preservando sus postulados dentro de lo puramente científico. Sin agregados subjetivos ni dogmatismos de ninguna índole. Los “Apuntes” de Ricardo Parodi dieron ese tono: APUNTES PARA UNA TEORÍA DEL CINE EXPERIMENTAL ARGENTINO (1995) Poco conocido, ignorado, e incluso despreciado por algunos, dentro y fuera del país, el cine experimental argentino conserva su importancia teórica más allá de lo estrictamente histórico-crítico. El interés de la teoría del cine por este tipo de estructura reside en el hecho de que el cine experimental muestra a flor de piel los elementos basales del sistema de representación fílmica que otros tipos de estructuras ocultan. Su análisis también arroja interesantes conclusiones acerca de los fenómenos perceptuales, psicológicos y sociológicos intervinientes en la configuración de la mirada del espectador de cine. En otras palabras, el estudio del cine experimental permite elaborar buena parte de las concepciones teóricas habitualmente aceptadas con respecto al nacimiento de la narración cinematográfica, sobre la forma en que son percibidas y significadas las imágenes y, en última instancia, cuál es la relación que el sujeto sostiene con la imagen no-narrativa. Todas estas son cuestiones totalmente actuales a la hora de analizar la imagen de video o la de síntesis. NARRATIVIDAD VS. ABSTRACCIÓN Lo que comúnmente se denomina “Cine Experimental” (*) no es un género o un subgénero cinematográfico. Efectivamente, los “Géneros”, como el western, el suspenso, la comedia, etc., fueron diseñados dentro de la estructura del cine narrativo Clásico. Desde su nacimiento la representación fílmica se vio sujeta, en su proceso de institucionalización, a dos fuerzas opuestas. Una, eminentemente triunfante, recogía la “tradición narrativa occidental” y tendía hacia la narratividad ficcional como elemento fundamental y fundacional. Así, el cine siguió el sendero del “contar historias”. Aún así, debió librarse de las hibridaciones que otras artes le producían para encontrar su propia forma de narrar, su propia DIÉGESIS. Esta diégesis (ya cinematográfica) se fundamenta en la posibilidad de sostener la unidad de significación a partir de las discontinuidades significantes. Lo que conocemos como “Cine Clásico” es aquel que vela sus significantes de base, su montaje, su cámara, en definitiva sus DISPOSITIVOS, para que nada se interponga entre la mirada del espectador y la narración en su doble vertiente: como producto terminado (el filme en su materialidad), y como relato en proceso de construcción (el entramado narrativo que se va tejiendo en el momento mismo en que contemplo el filme). Para el espectador este tipo de estructura tiene el atractivo de transformarlo en un ser anónimo, casi sin conciencia de su propia percepción y que sin embargo puede mirarlo todo sin ser visto. Todo desemboca en una definición muy particular del cine con la realidad. Aunque más no sea por el hecho de trabajar excluyentemente con imágenes ANALOGICAS, que guardan un grado variable de similitud con un objeto existente en la realidad, el cine clásico es eminentemente REALISTA. A la tendencia narrativizante se le opusieron desde siempre otras fuerzas que tendían a tomar a la representación cinematográfica como un hecho estético y formal en sí mismo y no como un mero soporte de la narración. El cine “experimental” fue una de esas fuerzas. No busca, en principio, producir una representación de tono realista. Por el contrario, todo el esfuerzo va a estar volcado en conseguir, en concordancia con las vanguardias posimpresionistas de principios de siglo, una imagen abstracta, alejada de la reproducción análoga de la realidad. EL EXPERIMENTO ARGENTINO Silvestre Byrón, con una obra que comienza a fines de los sesenta, puede ser considerado un verdadero pionero en lo que a cine experimental se refiere... En “Campos Bañados de Azul” (1971), Silvestre Byrón disuelve la diégesis cinematográfica a través de una voz en “off” (la del propio autor), que tiene como fondo el sonido de un proyector que complejiza todo el proceso de enunciación cinematográfica. En efecto, no es nada habitual, en el cine de estructura clásica, que el Enunciador aparezca en el Enunciado. El resultado es una puesta en evidencia del Dispositivo que tiene el sentido de una exposición teorética de lo que el realizador denomina “unión mística” entre dos personajes. En ocasiones, son los objetos los que, descentrándose de su función narrativa, evocan al “arte Mágico” (sic). Así el relato es desarrollado extradiegéticamente y el dispositivo de base es denunciado como tal (aunque no seriamente afectado). Es como un intento de volver el cine a sus elementos mínimos, primarios o primitivos. DE UNA TEORÍA DEL CINE EXPERIMENTAL A UNA TEORÍA DE LA IMAGEN Las estrategias, como los resultados, son diferentes. La amplitud formal de la producción experimental apoya la idea de no poder considerarlo un mero género o subgénero de la estructura clásica o moderna sino, por el contrario, un sistema representacional diverso... El fenómeno del cine experimental argentino presentó tal variedad estética, formal e incluso narrativa como ningún movimiento cinematográfico nacional llegó a presentar antes o después. Sólo la falta de especificidad del denominado “videoarte” puede equiparar, y cuantitativamente superar, la actitud formal y el flujo productivo de imágenes del cine experimental. Por supuesto que esto no siempre se cumple; pero en los casos en que sí se cumple, ha llevado a algunos a suponer una continuidad entre el cine experimental y el videoarte... Lo que sí es claro es que el análisis comparativo de ambos tipos de imágenes demostrará la imposibilidad de acercarnos fructíferamente a ellas desde una teoría de los “Medios”, como medio-cine o medio-video. No es en relación con el medio de actualización donde se puede llegar a entrever la dinámica de la imagen contemporánea. Es necesario pensar en términos de una “Teoría de la imagen” que se dedique a indagar las características formales, perceptuales, psicológicas, sociológicas y filosóficas de las imágenes más allá de su forma de actualización. Lic. Ricardo Parodi. Imagen/Centro de Teoría, diciembre 1995. * Más allá de la cuestión etimológica, que defina al “experimento” como la experiencia tendiente a corroborar determinados fenómenos, el término resulta sumamente ambiguo toda vez que lo experimental se asocia a una situación pasajera, al tránsito hacia un estado más sólido (representado por el cine clásico). Si en este trabajo se utiliza la palabra “experimental” para definir un tipo de cine en particular, es para acentuar el aspecto de búsqueda, sin un punto de llegada, y para comodidad referencial del lector. En realidad es preferible hablar de un cine “opcional”, tal como señalara Silvestre Byrón, por presentar imágenes alternativas (no necesariamente de oposición) a la de los modelos instituidos. R. P. APUNTES PARA UNA TEORÍA DEL CINE EXPERIMENTAL ARGENTINO (1997) El intento de la Teoría del Cine por el llamado “cine experimental” siempre ha sido relativo. En efecto, relegado al estatuto ambiguo de mero contraejemplo en desarrollos analíticos centrados en el cine narrativo, el experimentalismo no ha tenido el suficiente tratamiento teórico. Sin embargo, en su intento por bordear o transgredir los límites del cine institucional, el cine experimental pone en evidencia los rasgos básicos, primarios del dispositivo fílmico mismo, desde un punto de vista perceptual, al promover otra relación (en el cine abstracto) del sujeto espectador con la Imagen y la Representación como, desde el punto de vista semántico-narrativo, al generar una fluctuación (mayor aún que la estipulada por el cine Moderno) en la estabilización de la producción diegética, lo que afecta las posibilidades habituales de significación de la imagen, y debería ser, por tanto, de sumo interés para la Teoría. Aún más, creo que el estudio del cine experimental afecta la definición misma del campo de la Teoría del Cine. Es que una disciplina, al menos aquella que intenta definirse según algún rasgo de cientificidad, se instituye no solamente en relación a un objeto -y mucho menos en relación a sus practicantes- sino que es necesario estipular claramente su corpus conceptual epistémico así como su metodología de investigación. En realidad uno y otro término se definen dialécticamente por mutua implicación: definir una metodología implica definir un campo de pertinencias al tiempo que es el campo el que indica la metodología. Así, a la diferencia, aportada por Francesco Casetti, en relación a que la Crítica Cinematográfica se ocupa de las películas y la Teoría del Cine de la edificación de ese concepto abstracto llamado «Cine», habría que agregar que esta construcción no se sustenta a partir establecer un supuesto “debe ser” o de la búsqueda de una esencialidad (“sobre” el cine), que lleva a preferir un modelo representacional sobre otros, sino sobre la base de descifrar el entramado perceptual, estructural y simbólico que el «dispositivo» cinematográfico instituye. En efecto, a nuestro entender, la Teoría es “del” Cine y por lo tanto se ocupa de los signos e imágenes puestos en movimiento por el dispositivo fílmico según tres vertientes principales: 1) Una Teoría de la Percepción, dedicada a investigar las relaciones intra y extradiegéticas entre el entramado representacional y su captación perceptual. Distingamos una rápidamente entre el mero hecho sensitivo, que incumbe a nuestros sentidos en estado “puro” y la percepción que, como diría Bergson, siempre incumbe a la Memoria y todo nuestro bagaje histórico personal y social. No hay percepción sin memoria, o mejor, percepción y memoria son sólo dos aspectos del mismo fenómeno. El cine experimental trabaja tratando de construir un sistema perceptual diferente al instituido y, al hacerlo, nos pone en presencia de una percepción distinta e inquietante, no siempre fácil de manejar por parte del espectador desprevenido. 2) Una Teoría de la Semiótica Fílmica, planteada a partir de la irreductibilidad del orden de la Imagen al del Lenguaje y sus regulaciones. Esto implica el estudio de la estructura representacional en su estado dinámico-formal. El sistema de conexionado representacional, que para nosotros es pasible de ser estudiado según un «modelo cerebral, donde las conexiones son ante todo «conexiones sinápticas volumétricas que se despliegan en un espacio y un tiempo instituyentes y al mismo tiempo instituidos por cada conexionado particular, puede ser estudiado independientemente de sus regulaciones extrínsecas. En ese sentido, las conexiones y desconexiones aportadas por el cine experimental agregan una mayor profundidad volumétrica, al no estar establecidas sobre la lógica relacional del cerebro Clásico, y agregan caminos a la indagación del cerebro cinematográfico en su conjunto. 3) Una Teoría de las Relaciones Conceptuales, destinada a indagar las influencias de los distintos movimientos históricos y sociales del pernsamiento y su relación sobre la actualización de la representación fílmica. El predominio del pensamiento posimpresionista, en su abolición del espacio y la representación figurativa académica y el surgimiento de las distintas formas del pensamiento relativista contemporáneo tienen su máxima expresión en el cine experimental. El marco histórico-social en el cual surge esta corriente, señala y pone en evidencia algunas de las ideas que mayor gravitación tuvieron para la definición del arte y la ideología del siglo XX. Por supuesto que este bosquejo es sumamente incompleto y esquemático (bástenos decir que, para algunos autores, el concepto de semiosis incumbiría los tres aspectos) pero aquí se trata de no adscribir la teoría del cine a un solo modelo conceptual sino de pensarla como un lugar de encuentro entre múltiples referentes epistémicos. Siguiendo con el esquematismo diremos que los tres aspectos básicos de la Teoría del Cine se ocupan del Espectador y sus percepciones, de la Estructuración de la representación fílmica y de la Historia de las Ideas y su influencia en y sobre el concepto de Cine. Por supuesto que estos tres aspectos aparecen profundamente interrelacionados (sobre todo en lo atinente a la producción semántica de las Imágenes) y tal vez no sea del todo pertinente separarlos, pero sí es importante hacerlo para afilar las herramientas metodológicas. Desde este punto de vista insistiremos en señalar la importancia de las metodologías derivadas de la Psicología Cognitiva y las Neurociencias, la Semiótica y la Filosofía respectivamente. El cine experimental brinda una oportunidad insustituible para probar la pertinencia, límites y resultados de dichas herramientas. Con esas premisas, con estas ideas, abordamos la tarea de un libro sobre el cine experimental argentino (del cual Silvestre Byrón es parte insoslayable) que, esperamos, trace nuevos circuitos en el mapa cerebral teórico. Ricardo Parodi. Agosto 1997. Nuevamente en el Rojas, el miércoles 28 de octubre de 1998, durante las Segundas Jornadas sobre Historia, Teoría y Estética Cinematográficas, en el Auditorio se presentó la ponencia “Carácter social del MRO-El público underground”. Aquí se enunció públicamente el principio de la teoría pura respaldada con un estudio de campo sociológico; la teoría de las agrupaciones sociales de Juan Carlos Agulla. En la Sala Leopoldo Sosa Pujato, el 26 de septiembre de 1999, durante el Primer Encuentro de Teoría - Problemas Estéticos y Políticos, en el Area de Estudios Queer de la UBA se presentó la ponencia “Estética queer del video porno alemán” ratificando el alcance de la teoría pura. Las primeras noticias del MRO-Contemporáneo, sus primeras precisiones, ya se habían dado. Es necesario admitir que éstas se fundamentaron a partir del libro “El tragaluz del infinito” de Noël Burch. El capítulo XI, “Relato, diégesis: Umbrales y límites”, significó un recorrido teórico, entre las páginas 257 y 262, a propósito de “Wavelenght”(1967) película experimental de Michael Snow. La edición utilizada pertenece a Cátedra (Madrid, 1991). CINE OPCIONAL ARGENTINO PARA UNA POSIBLE SELECCIÓN Redactado entre 1996 y 1997 en Imagen/Centro de Teoría, un documento para el Museo Nacional de Bellas Artes, a propósito de una proyectada cineteca-videoteca de imágenes opcionales, implica la precisión del MRO-Contemporáneo: La selección del material fílmico que integraría una filmoteca no tradicional presenta varios y complejos aspectos. En primer lugar el conseguir una cierta coherencia interna en la selección del material, ya que al parecer no es posible trabajar con la idea del acopio del material en forma indiscriminada. Para tratar de conseguir esto, trataré de basar mi selección en dos criterios que considero fundamentales para no caer en el pleno subjetivismo a la hora de confeccionar una lista: A) Un Criterio Histórico, entendiendo por tal la jerarquización del valor histórico intra o extradiegético de un filme determinado. Extradiegético, cuando las representaciones que pone en juego poseen un evidente valor como documento o registro (directo o metafórico) de la realidad histórica del momento en que fue realizada la obra. Intradiegético, cuando las representaciones poseen valor para la comprensión de la evolución formal y/o estética de un autor o del movimiento al que pertenece. También cuando la obra puede ser tomada como paradigma de los trabajos anteriores y posteriores del autor o movimiento. B) Un Criterio Teórico que posibilite pensar al material seleccionado como importante en cuanto analizador de una estructura representacional determinada. Cuestiones como, trabajo sobre la Diégesis, puesta en movimiento de una Imagen-percepción, organización de las representaciones según un polo no narrativo, afectación del dispositivo cinematográfico, etc., en otras palabras, aquello de particular que aporta un filme para la comprensión, por parte de algún ocasional investigador, del fenómeno del Cine en general y del Cine Opcional en particular, será considerado en este ítem. Ya que es el terreno puro de la Teoría del Cine el único que conozco y en el que puedo inscribirme, esta selección apunta a preservar los intereses de dicho campo. Esta introducción tiene por objeto dejar en claro cual es el criterio general de selección así como el lugar preciso desde el cual se formula. Los filmes y los autores ahora seleccionados cubren ambos criterios, quedando para otra oportunidad o selección los trabajos que sólo cubran uno de los criterios o posean un evidente valor estético. Como “filmes adicionales del autor” se consignan, sin justificar la elección, algunas películas que, en caso de no estar disponible el material seleccionado, pueden operar como subtítulos de los mismos. Ricardo Parodi, s/f. EAF/2004.- http://www.geocities.com/eaf_underground http://www.geocities.com/eaf_iniciacion ------------ Los mejores usados y las más tentadoras ofertas de 0km están en Yahoo! Autos. Comprá o vendé tu auto en http://autos.yahoo.com.ar _______________________________________________ Nettime-lat mailing list Nettime-lat@nettime.org http://amsterdam.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat